Entrenamiento con Kasylio (Utah Kairo)
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Entrenamiento con Kasylio (Utah Kairo)
Mi nuevo maestro, Kasylio, me había citado en un lugar cercano al lago Aelur, un poco a las afueras del poblado Kura. Me vestí, desayuné lo suficiente y salí de la casa de Kasylio. Me resultó raro que él me admitiera en su casa a pesar de conocerme de tan poco, tal vez los extranjeros eran muy normales en Kura. El maestro se había ido un poco antes de su hogar (lo sabía porque hizo un ruido horrible al levantarse de la cama, desayunar, vestirse y cerrar la puerta). Era un hombre algo excéntrico, pero no parecía ser muy mala persona. Alegremente paseé por el poblado Kura, ya que no había tenido oportunidad de explorarlo bien a causa de la rapidez de los acontecimientos. Era muy bonito y agradable, incluso acogedor.
Llegué a un lugar donde habían unos cuantos árboles, y a una distancia segura, se encontraba uno de los sublagos de Aelur. Apoyado en un árbol como todos los demás, se encontraba Kasylio durmiendo. Le pegué una pequeña patada en la cabeza, y al hacerle despertar, se abalanzó encima mía con un cuchillo en la mano. Me asusté bastante, glups, si que tenía mal genio si alguien le despertaba. Intenté soltarme de sus fuertes brazos y cuando el cuchillo iba a llegar a mi cuello, sonrió y se apartó de mí. Tosí un poco del susto, el maestro se guardó el cuchillo en uno de sus bolsillos secretos y comenzó a hablar al ver mi cara confusa.
-Lo siento Nailea, era necesario una última prueba para ver si te atreverías a enfrentarte a mí si yo te llegaba a atacar y he visto que sí, porque has intentado salir de mi agarre -me acarició con su enorme mano la cabeza, desordenándome mucho el pelo- Verás, me he fijado que tienes los brazos fuertes y algo largos (seguramente por vivir en Grasselia y saltar de un árbol a otro), así que toma -y sacó de detrás del árbol un arco de madera algo feo.
Él se fijó en cómo miraba al arco, y al suspirar, comentó:
-Es de prueba, cuando consigas manejar el tiro con arco al máximo, yo mismo me encargaré de conseguirte uno mucho mejor.
Me estuvo explicando toda esa mañana la mejor manera de coger el arco y apuntar. Fue algo difícil para mí, ya que nunca había cogido un arma parecida a ésta. En toda la mañana sólo le di al centro del árbol dos veces, aún así conseguí los aplausos de Kasylio. Yo le sonreí orgullosa, pronto estaría junto a mi hermano otra vez..
Comimos unas verduras que Kasylio había preparado expresamente por la mañana (por eso lo del ruido), y ya con la barriga llena comenzó con su siguiente explicación. La cual consistía en como mezclar el elemento que había completado, el Aire, con las flechas. Cogió mi arco e hizo una demotración. Mantuve la boca abierta durante mucho tiempo, menudo poder de destrucción. Me devolvió el arco, me concentré con fuerza, recordé las prácticas con mi hermano y al abrir los ojos grité:
-¡Utah Kairo!
Pero la flecha fue disparada en dirección contraria...
Llegué a un lugar donde habían unos cuantos árboles, y a una distancia segura, se encontraba uno de los sublagos de Aelur. Apoyado en un árbol como todos los demás, se encontraba Kasylio durmiendo. Le pegué una pequeña patada en la cabeza, y al hacerle despertar, se abalanzó encima mía con un cuchillo en la mano. Me asusté bastante, glups, si que tenía mal genio si alguien le despertaba. Intenté soltarme de sus fuertes brazos y cuando el cuchillo iba a llegar a mi cuello, sonrió y se apartó de mí. Tosí un poco del susto, el maestro se guardó el cuchillo en uno de sus bolsillos secretos y comenzó a hablar al ver mi cara confusa.
-Lo siento Nailea, era necesario una última prueba para ver si te atreverías a enfrentarte a mí si yo te llegaba a atacar y he visto que sí, porque has intentado salir de mi agarre -me acarició con su enorme mano la cabeza, desordenándome mucho el pelo- Verás, me he fijado que tienes los brazos fuertes y algo largos (seguramente por vivir en Grasselia y saltar de un árbol a otro), así que toma -y sacó de detrás del árbol un arco de madera algo feo.
Él se fijó en cómo miraba al arco, y al suspirar, comentó:
-Es de prueba, cuando consigas manejar el tiro con arco al máximo, yo mismo me encargaré de conseguirte uno mucho mejor.
Me estuvo explicando toda esa mañana la mejor manera de coger el arco y apuntar. Fue algo difícil para mí, ya que nunca había cogido un arma parecida a ésta. En toda la mañana sólo le di al centro del árbol dos veces, aún así conseguí los aplausos de Kasylio. Yo le sonreí orgullosa, pronto estaría junto a mi hermano otra vez..
Comimos unas verduras que Kasylio había preparado expresamente por la mañana (por eso lo del ruido), y ya con la barriga llena comenzó con su siguiente explicación. La cual consistía en como mezclar el elemento que había completado, el Aire, con las flechas. Cogió mi arco e hizo una demotración. Mantuve la boca abierta durante mucho tiempo, menudo poder de destrucción. Me devolvió el arco, me concentré con fuerza, recordé las prácticas con mi hermano y al abrir los ojos grité:
-¡Utah Kairo!
Pero la flecha fue disparada en dirección contraria...
Nailea Giol- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 14/01/2010
Localización : En la copa de un árbol
Datos del Personaje
Habilidad: Magia del Caos, elemento Aire y Polingüismo.
Mascota: Kasio (lobezno blanco)
Re: Entrenamiento con Kasylio (Utah Kairo)
La flecha fue en dirección contraria a una velocidad abrumadora. De tanta velocidad que cogió, yo también fui un poco impulsada hacia atrás. Caí de culo a la hierba, y Kasylio fue directo hacia mí para ayudarme a levantarme. No dijo nada, ni me reprochó el no haberlo hecho bien, simplemente agarró la flecha que estaba a una distancia un poco lejana de nosotros, me la volvió a dar y dijo:
-Inténtalo otra vez, pero esta vez en cambio, intenta concentrar el aire por toda la flecha e imagínate la dirección que quiere tomar la flecha.
Asentí con fuerza. Coloqué mimosamente la flecha en aquel feo arco, estiré la cuerda y la magia comenzó a fluir. Un zumbido comenzó a oírse, había colocado demasiado viento en la flecha y cuando quise soltar la cuerda para disparar la flecha, aquel arco que no me gustaba nada de nada, se rompió en dos.
Caí de nuevo al suelo. No debía desesperarme, era el primer día y no lo debía hacer todo perfecto. Kasylio observó que estaba un poco cansada al haber invocado el hechizo dos veces seguidas, se sentó apoyando su espalda en el árbol en frente mía y me indicó que tomara asiento también. Con la cabeza gacha me dirigí y me senté junto a él. Dejé en el suelo los dos trozos del arco y dije:
-Lo siento...
-No pasa nada Nailea, suele ocurrir cuando aún no sabes manejar bien el arma. Teniendo en cuenta que este es tu primer día, no lo has hecho nada mal. Yo he visto a gente que ni en una semana ha sabido rodear de aire la flecha, así que puedes sentirte muy orgullosa -y me acarició la cabeza cariñosamente- Por cierto... Tengo una pregunta para ti. ¿De dónde has sacado el nombre para ese hechizo? Nunca lo había escuchado, pero suena realmente bien para ese tipo de hechizo...
-Me vino así repentinamente al acordarme de las enseñanzas de mi hermano...
-¿Querías mucho a tu hermano no?
-Sí, por eso he de hacerme más fuerte para conseguir preguntarle todo aquello que le quiero preguntar...
Me levanté con fuerza de la hierba, cogí la flecha, me senté un poco alejada del árbol y comencé a rodear de aire la flecha. Hasta que no tuviera arco nuevo no podría disparar las flechas, así que ahora me limitaría a fusionar el aire con la flecha.
-Inténtalo otra vez, pero esta vez en cambio, intenta concentrar el aire por toda la flecha e imagínate la dirección que quiere tomar la flecha.
Asentí con fuerza. Coloqué mimosamente la flecha en aquel feo arco, estiré la cuerda y la magia comenzó a fluir. Un zumbido comenzó a oírse, había colocado demasiado viento en la flecha y cuando quise soltar la cuerda para disparar la flecha, aquel arco que no me gustaba nada de nada, se rompió en dos.
Caí de nuevo al suelo. No debía desesperarme, era el primer día y no lo debía hacer todo perfecto. Kasylio observó que estaba un poco cansada al haber invocado el hechizo dos veces seguidas, se sentó apoyando su espalda en el árbol en frente mía y me indicó que tomara asiento también. Con la cabeza gacha me dirigí y me senté junto a él. Dejé en el suelo los dos trozos del arco y dije:
-Lo siento...
-No pasa nada Nailea, suele ocurrir cuando aún no sabes manejar bien el arma. Teniendo en cuenta que este es tu primer día, no lo has hecho nada mal. Yo he visto a gente que ni en una semana ha sabido rodear de aire la flecha, así que puedes sentirte muy orgullosa -y me acarició la cabeza cariñosamente- Por cierto... Tengo una pregunta para ti. ¿De dónde has sacado el nombre para ese hechizo? Nunca lo había escuchado, pero suena realmente bien para ese tipo de hechizo...
-Me vino así repentinamente al acordarme de las enseñanzas de mi hermano...
-¿Querías mucho a tu hermano no?
-Sí, por eso he de hacerme más fuerte para conseguir preguntarle todo aquello que le quiero preguntar...
Me levanté con fuerza de la hierba, cogí la flecha, me senté un poco alejada del árbol y comencé a rodear de aire la flecha. Hasta que no tuviera arco nuevo no podría disparar las flechas, así que ahora me limitaría a fusionar el aire con la flecha.
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Re: Entrenamiento con Kasylio (Utah Kairo)
Tuve un sueño raro, quizás fuese una pesadilla. Solamente pude recordar que sentí un gran dolor en mi pecho en el final de aquel sueño y tras éso, me desperté sudando en el lugar en el que me había dormido. Ahí estaba yo, tumbada, cansada por el esfuerzo y con una flecha al lado mía pero que en cambio no parecía rota ni nada por el estilo, a pesar de lo que le hice el día anterior. Me levanté y obtuve un repentino dolor de cabeza. Me acaricié la nuca con mis manos heladas, y de repente, apareció mi maestro con una cesta de manzanas.
-¡Aaah! -grité por el susto que me dio.
Me desperté del todo (al fin), y tomé del desayuno que Kasylio me había traído amablemente. Mientras comía con muchas ganas, me di cuenta que me observaba con una sonrisa amable, como si aquello le recordase a algo. No le di importancia, y simplemente seguí comiendo y comiendo, hasta haber satisfacido mi hambre de la mañana. Dejé los rastros de las manzanas, formando una especie de caminito, ya que Kasylio me había pedido que levantase el culo de una buena vez, que tenía que comenzar el entrenamiento.
El maestro me llevó (mientras yo seguía comiendo), a uno de los muchos sub lagos de Aelur. Se quitó la ropa, lo cual hizo que girase la cabeza para otro lado, y se tiró al agua. Yo seguí masticando con lentitud, esperando a que Kasylio me explicase lo que tenía que hacer. Dio unas brazadas y me dijo:
-Al ser de Grasselia no sabrás nadar, ¿verdad? -negué con la cabeza- Bien... Pues durante estos días te limitarás a aprender a nadar, porque además de servirte para poder escapar por el agua y demás... El aprender a nadar te hace fortalecer los brazos y así tendrás más fuerza a la hora de usar el arco de nuevo. Además, por lo que me has contado, sabes utilizar otros elementos, así que vendrá bien por muchos sentidos...
Salió del agua, y sin poder girar yo la cabeza, pude ver su escultural cuerpo (solamente había visto a mi hermano desnudo) el cual estaba lleno de cicatrices. Me mojó un poco al agarrarme con sus fuertes manos, yo no me aparté ni nada, ya tenía suficiente confianza con él. Entonces, me cogió como si fuese una bolsa y me lanzó hacia el agua. Pude gritar durante unos instantes, y después todo lo que pude hacer, fue coger aire al ver acercarse mucho el agua.
-¡Aaah! -grité por el susto que me dio.
Me desperté del todo (al fin), y tomé del desayuno que Kasylio me había traído amablemente. Mientras comía con muchas ganas, me di cuenta que me observaba con una sonrisa amable, como si aquello le recordase a algo. No le di importancia, y simplemente seguí comiendo y comiendo, hasta haber satisfacido mi hambre de la mañana. Dejé los rastros de las manzanas, formando una especie de caminito, ya que Kasylio me había pedido que levantase el culo de una buena vez, que tenía que comenzar el entrenamiento.
El maestro me llevó (mientras yo seguía comiendo), a uno de los muchos sub lagos de Aelur. Se quitó la ropa, lo cual hizo que girase la cabeza para otro lado, y se tiró al agua. Yo seguí masticando con lentitud, esperando a que Kasylio me explicase lo que tenía que hacer. Dio unas brazadas y me dijo:
-Al ser de Grasselia no sabrás nadar, ¿verdad? -negué con la cabeza- Bien... Pues durante estos días te limitarás a aprender a nadar, porque además de servirte para poder escapar por el agua y demás... El aprender a nadar te hace fortalecer los brazos y así tendrás más fuerza a la hora de usar el arco de nuevo. Además, por lo que me has contado, sabes utilizar otros elementos, así que vendrá bien por muchos sentidos...
Salió del agua, y sin poder girar yo la cabeza, pude ver su escultural cuerpo (solamente había visto a mi hermano desnudo) el cual estaba lleno de cicatrices. Me mojó un poco al agarrarme con sus fuertes manos, yo no me aparté ni nada, ya tenía suficiente confianza con él. Entonces, me cogió como si fuese una bolsa y me lanzó hacia el agua. Pude gritar durante unos instantes, y después todo lo que pude hacer, fue coger aire al ver acercarse mucho el agua.
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Re: Entrenamiento con Kasylio (Utah Kairo)
Todo eran burbujas y la luz del sol que traspasaba el agua y llegaba directamente a mis ojos. Allí, dentro del agua, me sentía libre, pero no por mucho tiempo. Me faltaba algo, aire. Moví todas las partes de mi cuerpo para poder salir al exterior, tuve que pasar por muchos intentos, pero finalmente lo conseguí. Di una gran bocanada de aire al sentir el aire en mi piel. De momento no estaba preocupada por nada más, entonces caí en otra cosa... Estaba en mitad del agua, y yo sin saber nadar.
Pude ver a la lejanía como Kasylio me saludaba con alegría. La ropa mojada me pesaba y hacía fuerza para llevarme a las profundidades de aquel lago. Moví los brazos como pude para resistir aquella fuerza que me atraía al fondo. Kasylio, pudo comprobar mis dificultades para poder salir en la situación en la que me encontraba. Se metió de cabeza al agua y nadó hasta mí. Se colocó detrás mía, agarró mis dos brazos (seguía temerosa de que me lanzase más al fondo) e hizo como una especie de movimientos que tenía que hacer con ellos.
-Hay que ver... Si que era cierto lo de que no sabías nadar.
-Pues claro, ¿acaso pensabas que te mentiría?
Parecía que fuese a responderme, pero se cerró la boca a sí mismo y me dejó con la duda. Siguió acostumbrándome a aquellos movimientos hasta que finalmente los pude hacer yo finalmente. Después me explicó que lo único que faltaba eran las piernas, y me enseñó la manera de cómo las debía de mover.
Fue un poco complicado al principio, ya que todo era demasiado complejo para mí. La ropa me pesaba mucho, los brazos los notaba cansados y las piernas también; y después había que sumarle el esfuerzo de mover piernas y brazos a la vez en el agua. Llegó casi la tarde y el estómago comenzó a rugirme. El frío ya comenzaba a sentirse en el ambiente.
Kasylio me agarró con sus brazos y me llevó hasta la orilla del lago. Tiritaba del frío, me acerqué muco a su cálido pecho para calentarme así un poco más. Él pareció sonreír, y me dijo:
-Me parece que hoy dormirás en casa, no aquí al aire libre...
Pude ver a la lejanía como Kasylio me saludaba con alegría. La ropa mojada me pesaba y hacía fuerza para llevarme a las profundidades de aquel lago. Moví los brazos como pude para resistir aquella fuerza que me atraía al fondo. Kasylio, pudo comprobar mis dificultades para poder salir en la situación en la que me encontraba. Se metió de cabeza al agua y nadó hasta mí. Se colocó detrás mía, agarró mis dos brazos (seguía temerosa de que me lanzase más al fondo) e hizo como una especie de movimientos que tenía que hacer con ellos.
-Hay que ver... Si que era cierto lo de que no sabías nadar.
-Pues claro, ¿acaso pensabas que te mentiría?
Parecía que fuese a responderme, pero se cerró la boca a sí mismo y me dejó con la duda. Siguió acostumbrándome a aquellos movimientos hasta que finalmente los pude hacer yo finalmente. Después me explicó que lo único que faltaba eran las piernas, y me enseñó la manera de cómo las debía de mover.
Fue un poco complicado al principio, ya que todo era demasiado complejo para mí. La ropa me pesaba mucho, los brazos los notaba cansados y las piernas también; y después había que sumarle el esfuerzo de mover piernas y brazos a la vez en el agua. Llegó casi la tarde y el estómago comenzó a rugirme. El frío ya comenzaba a sentirse en el ambiente.
Kasylio me agarró con sus brazos y me llevó hasta la orilla del lago. Tiritaba del frío, me acerqué muco a su cálido pecho para calentarme así un poco más. Él pareció sonreír, y me dijo:
-Me parece que hoy dormirás en casa, no aquí al aire libre...
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