Carnaval de la Magia

En una zona de las inmensas llanuras Argenteas, al lado del poblado de Ignus, se celebraban los carnavales de la magia, los Magos de Diente de Dragon habían sido invitados, y algunos de otros gremios, la mayoría de Viento Alado, todos y cada unos de los líderes de cada gremio podían escoger los miembros de su gremio, todos los participantes debían ir vestidos adecuadamente, y llevar una máscara. Era una fiesta tradicional del poblado de Ignus, y que desde que Diente de Dragon tiene fama, ahora era una fiesta continental.

La fiesta se dividía en varias zonas, en las cuales, habían varios magos de Diente de Dragon, y estos hacían espectáculos de magia, otros malabarismos, acrobacias, trucos de magia, trucos ilusorios, domando bestias, casi como un circo, antes solo era una fiesta del pueblo con danzas y algún que otro espectáculo de magia, pero ahora había cogido mucha fama,.

Las zonas iban según las especialidades, 4 eran según los elementos y sus derivaciones, otros como los guerreros, hacían espectáculos de lucha, o de destrozar cosas, como los de la magia del Caos, Los de la Magia Arcana tenían una zona para ellos solos, y los novatos del gremio estaban en una zona las cuales eran de Acrobacia, Malabarismos, y de lo que supiesen hacer.

Habían acudido todos los líderes de los gremios, incluido el de Halcones de Plata, que lo hacía por obligación para no crear conflictos entre los gremios, Dragon y Rash, el líder de Viento Alado, estaban en medio del gentío como cualquier participante, todos se divertían, también había un gran escenario en medio, donde en medio habían miembros del gremio que tocaban el instrumento que supiesen, y tocaban canciones que se supiesen, y alrededor de estos, gente bailando al son de la música.

Todos disfrutaban de la fiesta, menos Leith, líder de Halcones de Plata, que junto a sus súbditos, se quedaban a un lado para observar con menos precio al resto, algunos de sus miembros se escabullían para divertirse, pero eran muchos los que se quedaban alrededor de él, y su trono de plata, que siempre iba con él, para demostrar la superioridad ante el resto.

La luna se encontraba llena, su luz se reflectaba en las montañas de plata, creando un paisaje digno de pintar, y admirar, las montañas brillaban como si de la luna se tratase, un brillo plateado, magnífico, y que todo el mundo podía admirar si se fijaba en estas, uno de los motivos por el cual esta fiesta atraía a tanta gente, que además del espectáculo y la música, podían admirar este paisaje digno de los dioses.

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[On Rol]

Era la primera vez que hacía un espectáculo en el Carnaval de Magia, yo hacía trucos con las cartas, algunos eran simples trucos, pero cada cierto tiempo, le enseñaba una carta a cada uno de los que me observaba que serían unos cinco, y mientras barajaba, dejaba las cartas que les enseñe un poco por fuera, y las introducía, empequeñecidas por Mini-Chaos, el cual las cogió, se empequeñeció, y a un tamaño minúsculo, se posó en la mano en la cual no había nada, y en la otra tenía la baraja.

Me acerqué uno a uno, con las mangas remangadas para que no hubiese truco, le cogí un sombrero a uno, y saqué su carta de ahí, a otro de un bolsillo, a otro del cuello de la camisa, a una chica de su oreja, y a otra de su escote, tenía la máscara por lo que no sería reconocido, pero en mi boca se apreciaba una sonrisa pícara. Ellos comprobaron que eran sus cartas, y así eran.

Y tras un leve aplauso, hice una reverencia, y me fui a mi mesa para seguir con trucos simples de cartas. Desde pequeño me había gustado las cartas, y se me habían ocurrido varios trucos con estos, además de jugar a juegos con estas, barajar de formas extrañas, y ahora con Mini-Chaos tenía mas posibilidades de hacer trucos.

Miré hacia las montañas, nunca me cansaba de mirarlas, su luz se reflejaba en las llanuras, iluminandolas con su color plateado, miré hacia un lado, y vi otro brillo plateado, el de Argenterra, con tan solo mirarlo, sentí una sensación de desprecio hacia ella, no recordaba el por qué, pero desde que tengo memoria sentía eso.

Miré a alrededor, aburrido, me ajusté las mangas, y me recoloqué la máscara, miré a Leith, y sentí la misma sensación que cuando miré a Argenterra, desprecio, no le di significado alguno, y seguí con mis trucos con las cartas.

Spoiler:

Spoiler:

El gremio Viento Alado había sido invitado a los carnavales de magia, en el poblado Ignus. Los invitados, al igual que los participantes en el evento, debían de ir más arreglados de lo que solían ir normalmente además de llevar una máscara en su rostro. Era algo confuso, la verdad. Tanta gente paseando por los puestos y sin poder reconocer sus rostros. Me ponía muy nerviosa. Pero aún estaba más nerviosa, cuando Rash, el jefe de Viento Alado me pidió que por favor no llevara "ese" gorro al evento, que así no podía ir nada arreglada. No me quejé ni dije nada (lo veía una tontería enfrentarme a él), así que simplemente le hice caso. Me sentía desprotegida sin ese gorro que se dejó mi hermano mayor en su marcha, aún así lo estaba llevando bien y no aparentaba nada de nerviosismo. Aún habiendo tanta gente en aquel carnaval, Kasio no se había separado de mí ni un segundo, sabía encontrarme fácilmente gracias a su olfato.

Miraba con curiosidad los puestos de magia que había en el carnaval, me llamó la atención uno del cual estaba recibiendo muchos aplausos. Al parecer sacaba cartas de cualquier sitio, incluso del escote de las mujeres. Solté una pequeña sonrisa picarona y decidí acercarme a aquel puesto. Estaba entre el gentío que lo rodeaba, mirando maravillados como barajaba las cartas. Pensé que aquel chico haría uso de la magia, o más bien de la inteligencia. Miraba sin expresión alguna como hacía uso de sus hábiles manos para mover las cartas. Entonces, unas personas que parecían ser del gremio Halcones de Plata, chocaron conmigo.

Caí al suelo con fuerza, pero ellos ni se giraron para ver con quién se habían chocado. Quise gritarles que llevasen más cuidado, ¿pero para qué gastar saliva si ellos siempre van con la cabeza en alto sin mirar a los demás? En cambio Kasio ladro con tanta fuerza como pudo, en agradecimiento, acaricié su blanca cabeza delicadamente. Deseé que mi hermano no hubiera acabado en tal gremio al haber partido a Argenterra. Me volví a levantar, me coloqué bien la máscara (que se había movido al caerme), y seguí observando el truco de cartas.

Spoiler:

Por fin había llegado el carnaval de magia. Este año me dedicaría a hacer malabares para entretener a los visitantes. No me había esmerado mucho en la vestimenta, la verdad. Seguía con la misma ropa, pero me había despojado de la chaqueta y la túnica que llevaba por encima, quedando algo ligera de ropa, pero así estaba más cómoda. Además, había añadido cascabeles en mis tobillos y muñecas, sumados a los de la máscara. También me había quitado las coletas, dejando que el viento moviera mi pelo.

Avisé a Circe de que ya era hora de comenzar. En seguida, ella se transformó en tres pelotas de color rojo y comencé a pasarlas entre mis manos con un ejercicio fácil, para luego complicarlo poco a poco. Pasaba las pelotas de delante para atrás y de atrás para delante, las lanzaba al aire, daba alguna voltereta y las volvía a coger.

También echaba unos vistazos a la gente de vez en cuando, esperando ver a alguien conocido entre los gremios que no fueran de Diente de Dragón.

Logré ver como una chica caía al suelo al chocarse unos de Halcones de Plata contra ella, estos como suponía, no habían ni dirigido la mirada a esta, me enfadó, pero lo camuflé bien, hice otro truco que consistía en enseñar una carta a todos, barajaba muy bien, y en eso, Mini-Chaos la reducía y la escondía en mi manga, apunto con la baraja al cielo, y presiono los bordes haciendo que las cartas planeen, y caigan, pero antes de eso salto, y cojo una al azar, y con una increíble agilidad, en e aire, la intercambio por la que Mini-Chaos guardó. Dejo que caiga el resto, y enseño a todos la misma carta de antes, y tras una reverencia recogí las cartas del suelo.

La chica que antes habían tirado, se acercó a mi espectáculo y me acerqué a ella, mientras guardaba una baraja en un bolsillo, y me sacaba otra de la manga,en un sitio que parecía que no fuese posible estar, sonreí con picardía, y le dejé escoger dos cartas, después de enseñar las cartas a ella, y a todo el público, las meto en la baraja, un poco de más, y mientras las barajo, Chaos las encoge y se posa en mi mano, me acerco a la chica, y e toco la nariz, y también la superficie de un agujero en el cual se queda Mini-Chaos, haciendo un leve cosquilleo a la muchacha.

Parece que hay algo ahí dentro, sople por la nariz - dije tapando el otro agujero de la nariz.

La chica lo hizo y en ese instante Mini-Chaos la incrementó de tamaño, haciendo que saliese un poco de la carta a su tamaño real, la saco con mucho cuidado, y era la primera carta de las que sacó, Mini-Chaos, se movió al otro agujero, ayudandole yo, tocando un poco la nariz, y la superficie del agujero, y sonreí de nuevo.

Vaya, Parece que aquí hay otra cosa - dije apartando el dedo.

Y como antes sucedió, saqué la carta y era la otra carta que sacó ella al principio, hice una reverencia, sin esperar siquiera los aplausos, y me acerqué a la chica. Cuando ya la muchedumbre vio que no iba a hacer yo nuevos trucos.

- Hola, soy Chaos, de Diente de dragón - Dije haciendo una reverencia - ¿Me permitiría saber cual e el nombre de tan bella muchacha?

El joven que estaba llevando el espectáculo de cartas se acercó a mí, lo cual hizo que en mi interior gritase de alegría. Al fin iba a poder descubrir el truco que estaba utilizando durante todo este tiempo. Hizo como hizo con todo el mundo, escogí dos cartas de una nueva baraja que había sacado. Él, con una habilidad asombrosa, barajó de nuevo las cartas. Entonces, ahí fue cuando comenzó el truco. No supe captarlo todo, ya que enseguida me tocó la nariz y yo le respondí con una mirada confusa. ¿Qué era lo que pretendía con tocarme la nariz?

-Parece que hay algo ahí dentro, solpe por la nariz -dijo el joven.

Yo le hice caso con tal de seguirle el juego, soplé por la nariz con fuerza y de ella salió una de las cartas que había escogido en un principio. Me asombró, la verdad, pero no dejé que se me notara en la cara. Seguía manteniendo el ceño medio fruncido, cuando del otro agujero que faltaba, sacó la otra carta. ¿Magia, creo que no? Kasio, que estaba a mi lado desde un principio, había estado gruñendo desde un principio. Tal vez aquel chico tuviese un cómplice después de todo.

El joven hizo una reverencia ante los aplausos del gentío, pero después se dispersó ya que al parecer ya no iba a hacer más trucos. Se acercó sigilosamente a mí y tras presentarse, me hizo una reverencia. No me sonrojé ni nada por el estilo, era algo rara con la gente desconocida para mí. Se presentó como Chaos, miembro de Diente de Dragón, gremio aliado de Viento Alado. Hice una corta reverencia yo también al modo femenino y le dije casi grácilmente:

-Podemos dejarlo en Leen, miembro de Viento Alado.

Con una sonrisa y agachando un poco la cabeza agradecía los aplausos de las personas que se detenían a mirarme. Cambié el espectáculo. Hice girar las tres pelotas, rápidamente, en círculos y a la tercera vuelta, tan solo giraban dos pelotas en mis manos. Cuando quedó tan solo una, la lancé al aire y cuando la cogí en la mano, desapareció. Me miré extrañada las manos y miré a todos lados, actuando como si las buscara y no supiera donde estaban.

Con el ocultismo había hecho desaparecer las pelotas, luego Circe se había transformado en un animal con alas muy pequeño y se había metido bajo mi sombrero-máscara con cascabeles. Volvió a transformarse en las pelotas. Toqué mi cabeza pretendiendo parecer confundida y me quité el gorro-máscara rápidamente. Las pelotas resbalaron y antes de que cayeran al suelo, las agarré y sonreí.

-Así que aquí estaban...- Comenté entre los aplausos, y volví a colocarme la máscara.- Voy a tomarme un descanso- Dije, y la gente se alejó para mirar otros de los espectáculos.

Circe volvió a pasar a su modo normal, gato, y trepó hasta mi hombro, lugar en el que acostumbraba a estar. La acaricié mientras andaba y la miré sonriendo cuando esta comenzo a ronronear. Estaba concentrada en ella, así que no pude ver como me acercaba peligrosamente a dos jóvenes que hablaban. Choqué contra la chica, que estaba de espaldas a mí. Por suerte ninguna acabó en el suelo.

-Dios, lo siento. No te has hecho daño, ¿no?- Me disculpé con ella y también con el chico que la acompañaba. Tanto el chico como la chica me resultaban familiares, pero no conseguía recordar, puesto que las máscaras me lo impedían.

Se presentó como Leen, e Viento Alado, así que era de los de Rash, había hecho una pequeña reverencia más femenina, miré por un instante a donde estaba Dragon, y le vi rodeado de chicas jóvenes, sin dar tiempo a que miraran hacia done yo miraba volvía mi mirada hacia otra persona de la zona que atraía al público, miré de nuevo a Leen.

Jacob,estaba alimentandose de la oscuridad de la zona, aunque ahora el muy gandul dormía, por lo que no me pude fijar en su "oscuridad" así que decidí hacer otra cosa que se me acababa de ocurrir y había dibujado una sonrisa en mi cara, Dash bajó hasta el suelo, y se puso debajo del vestido de Leen, se me escapó una leve risa, y cuando Dash volvió alguien chocó con Leen.

Mientras Dash me contaba lo que había visto, algo que me hizo gracia, pero que oculté, me fijé en la chica que chocó con Leen, la miré de arriba a abajo, y me fijé en uno de sus pechos, el derecho en concreto, y tenía el tatuaje de Diente de Dragón, por lo que supe que era Thais, hice un amao de tocarselo, pero suponía que me daría una buena torta en cuanto lo hiciera, o tal vez me permitiera.... No, no creo que eso sucediese... en la realidad.

- Hola, Thais - dije levantando la mano a modo de saludo - Veo que atraes a muchos hombres a tu espectáculo, dije sonriendo mientras miraba sus ropas.

Recordé lo que me contó Chaos, y miré hacia Leen a lo que no me pude contener de decir:

- Bonito tatuaje...

Repentinamente, Kasio comenzó a ladrar escandalosamente. Comenzaba a dar vueltas alrededor mío, como si tuviera algo debajo del vestido. Le miré confusa, y después decidí hacerle callar antes de que armara una buena. Me agaché con delicadeza para acariciarle la cabeza, ojalá hablase mi idioma (o al menos supiese hablar) para contarme esas extrañas reacciones que estaba teniendo en ese carnaval. Le acaricié detrás de la oreja, donde tanto le gustaba, y tras dejarlo contento volví a levantarme. Justo en ese momento, una chica caminaba tranquilamente y al parecer no se dio cuenta de mi presencia y se chocó contra mí. Perdí un poco el equilibrio, pero gracias a que la fuerza del choque no fue excesiva, evité la caída.

Suspiré agradecida por no haberme caído una segunda vez. Después giré mi cabeza para mirar a la chica, ya que se había parado para hablar con Chaos. Sus ojos me sonaban, pero lo que hizo que la reconociese por completo fue su espectacular escote. Sonreí internamente, no podía ser otra.

Era normal que Chaos conociera a Thais, ya que eran del mismo gremio. El joven le dijo algo a mi amiga, de lo que no pude evitar soltar una pequeña risilla (aunque muy pequeña).

-¿Qué tal Thais? -le dije con una pizca de alegría mientras me levantaba un poco la máscara para que me reconociera.

Estaba contenta de tener a alguien conocido entre este gentío. Aunque por culpa de Chaos la paró por completo al decir su última frase. Arqueé las cejas bastante seria. Solamente tenía un tatuaje y era en una parte bastante íntima, y que solo se podía llegar a ver si me levantaban la falda del vestido. Intenté recordar algún momento en el que él pudiera haber visto mi tatuaje. Nada de nada. Tal vez si relacionara el extrañó comportamiento de Kasio y mi idea sobre su cómplice en sus trucos, tendría sentido. Apreté fuertemente los puños, algo impotente por no poder pegarle un puñetazo en toda la cara delante de toda esta gente. Me quité el guante de mi mano izquierda, y mientras colocaba lentamente mi mano sobre su hombro, le dije casi amigablemente:

-Eres un maleducado, lo sabes, ¿verdad? -y la parte de arriba de su traje desapareció, no quise haberle dejado en ropa interior porque aquello sería demasiada humillación (para mi gusto), aún así pensé que sería divertido en ver como se las arreglaría en buscarse una parte de arriba, ya que muchas mujeres pensarían que era un exhibicionista, algo que... Casi se le acercaba...

Miré al chico hasta darme cuenta del tatuaje de su mano, perteneciente a Diente de Dragón (a pesar de ser mi gremio, me hacía gracia el nombre puesto que el jefe se llamara así. Siempre me imaginaba a Dragon sonriendo y faltándole un diente, que agarraba en su mano). Entrecerré los ojos al ver como me miraba, en especial a como miraba mi tatuaje, un lugar no muy indicado para ponerlo. Ya sabía quien era. Chaos, la copia exacta de Dragón. Me llevaba bien con él. Reí ante sus palabras, graciosas pero muy ciertas.

-No sé por que será- dije con aparentada inocencia.

Circe saltó de mi hombró y me olbigó a desviar la vista para ver hacia donde iba. Ella se sentó frente a un lobezno blanco, parecía como si se estuvieran comunicando entre ellos, que sin duda yo había visto muchas veces antes. Fue entonces cuando caí que la chica con la que había chocado era Nailea, aunque ella se molestó en demostrármelo levantando un poco su máscara. Le sonreí y le dije:

-Tenía la esperanza de verte por aquí-

Después de lo último dicho por Chaos, me temí lo peor. Pero no reaccioné con sorpresa ante la acción de Nailea de hacerle desaparecer la parte de arriba de su vestimenta. En lugar de ser algo que le disgustara, mas bien animaría a Chaos, que aprovecha cualquier oportunidad para ligarse a las chicas. Me agaché para acariciar al lobezno de Nailea y dejar que me olisqueara, luego miré pícaramente el torso desnudo de Chaos.

Sin darme cuenta de que había pasado, con un poco el Shock de que por casualidad, la chica con la que me topo, conoce a Thais, me di cuenta de que la parte superior de mi vestimenta había sido destrozada, por lo que deduje que le había molestado mi comentario, algo que podía entender, y tras pensarlo me arrepentí de haberlo hecho, miré a Leen, y tras unos segundos mirando a ella hice una pequeña reverencia.

Siento que mi comentario halla molestado a vuestra persona - dije ocultando mi rostro.

Me incorporé, y me di la vuelta, y levanté la mano y lo moví de un lado a otro a modo de despedida, me resentí del viento frío y justo en ese momento Jacob, el cual había dormido todo el rato me susurró.

- Vamos Allen, no me digas que te has vuelto un sensiblero

No le di el placer de contestarle, me alejé del lugar donde estaba antes, y me fijé en Leith, fue entonces cuando Jacob, que le gusta curiosear, me prestó sus ojos, y pude observar algo muy interesante, bajé la vista y fue entonces cuando vi que algo se acercaba a lo lejos a una gran velocidad, me alteré por la situación, pero ya era muy tarde.

En el recinto impactaron varios proyectiles que habían creado varias zonas de humo, entre una de ellas me veía rodeado, miré de un lado a otro, y gracias a los ojos vi que algo se acercaba a mí, y deje caer a Dash para que no viniese conmigo debido a que no me daba tiempo a reaccionar.

También desaparecieron otras personas por el recinto, casualmente todos eran Belauzers, y usaban la magia oscura. Dash estuvo un poco aturdido durante un tiempo hasta que el humo se disipó y pudo buscar ayuda.

Por unos pequeños momentos me arrepentí de haberle echo aquello a Chaos, pero recordé el motivo, lo cual hizo que me enrojeciera y me pusiera aún más furiosa. El único que me había visto completamente desnuda era mi hermano, y era cuando nos íbamos a bañar juntos. Me coloqué de nuevo el guante y observé como Chaos se alejaba de nosotras. Después decidí saludar a Circe, de la cual me había olvidado saludar antes. Me agaché y le acaricié su cabecita, ella respondió de manera muy amistosa. Me caía bien esa gatita, era uno de los pocos animales con los que había conseguido que se llevara bien Kasio. Ahora que lo pensaba, Kasio y yo éramos muy parecido, por eso nos habíamos compenetrado enseguida.

Justo cuando iba a abrir la boca para preguntarle algo a Thais, unas cosas extrañas cayeron del cielo e hicieron del recinto del carnaval, un lugar lleno de humo. Por unos instantes me sentí aturdida y perdida, pero los ladridos de Kasio y los maullidos de Circe volvieron a orientarme. Alcé los brazos, comencé a concentrarme y después los moví con agilidad para mover el humo que nos cubría a los cuatro y a los restantes visitantes y participantes del carnaval mágico. Del viento que provoqué, se me fue la máscara, pero me dio igual. Algo había ocurrido, ya que había gente que preguntaba por otras personas que habían desaparecido así sin más. Miré seria a Thais, esto era un ataque provocado, tal vez buscaban atentar contra la fiesta o tal vez para secuestrar a esas respectivas personas.

Entonces, un animal (parecía ser un alter) vino corriendo hacia nosotras dos. ¿Por qué había venido directamente hacia nosotras? ¿De qué nos conocía? Repentinamente, una pieza encajó en mi enigma mental. Ahí estaba el cómplice secreto de ese Chaos.

-Tenéis que ayudarme, C-Chaos ha desaparecido cuando todo el humo se ha disipado... -parecía estar cansado de tanto correr.

Observé al pobre animal preocupado por aquel joven, miré a Thais, Kasio y Circe. Tal vez hubiese descubierto una parte que me era muy íntima para mí, pero no parecía un mal chico después de todo. Así que lo mejor era buscarle por el recinto.

-¿Dónde ha desaparecido? -decidí preguntar.

Sin duda Chaos podía llegar a ser una persona con comportamiento adecuado, y más le valía si no quería acabar muerto a manos de Nailea, cuando se lo proponía. Pero Nailea tenía un carácter difícil, así que no lo perdonaría tan fácilmente.

Despedí a Chaos de la misma manera que él lo hizo y luego me concentré en observar los movimientos de Nailea hasta que me decidí a decirle:

-¿Has encontrado alguna pista sobre...?-

Pero no me dio tiempo a terminar de formularle la última parte de la pregunta, puesto que en poco segundos, la feria pasó de ser un lugar repleto de luces, colores y personas sonrientes a una estancia repleta de humo. Kasio ladró y Circe maulló para luego subirse a la seguridad de mi hombro. Agarré mi máscara para que no se moviera de su lugar a causa del viento de Nailea y entrecerré los ojos, se suponía que no había ningún número de este tipo. Podría tratarse de los secuestros de los que tanto había oído hablar, porque nadie con sentido común atacaría en un lugar repleto de magos, de diferentes gremios, muy poderosos. Pero puede que uno de esos mismos gremios que se encontraban allí (descarté, por supuesto, a Diente de Dragón y a Viento Alado) lo hubiera planeado todo.

El alter de Chaos nos avisó de su desaparición en cuanto llegó a nuestra altura después de una ardua carrera. Justo cuando Nailea me miró, yo también la miré a ella. Estaba claro que quería enterarme de lo que ocurriera, además de que no dejaría a alguien que perteneciera al mismo gremio que yo, solo. Cogí al alter de Chaos y lo coloqué en mi hombro libre mientras esperábamos a que respondiera la pregunta de Nailea.

Todo el recinto estaba conmocionado por el ataque, la humareda fue disipada casi al instante, debido a que magos de elemento aire habían hecho lo mismo que Nailea y habían disipado el humo, el humo era un simple distracción, en el recinto no sobraban personas, es más, faltaban personas,ninguno de los líderes habían desaparecido, pero si todos los Belauzers de magia oscura. Nadie se esperaba esto, el único que no mostraba gesto de impresión alguna era Leith, el líder de halcones de Plata.

Los líderes que en sus gremios tenían belauzers de magia oscura, Diente de Dragón, Viento Alado, luz Dorada y Dragones Azules, los únicos que los aceptaban, se formó un gran barullo entre los líderes, se reunieron, y no se decían bonitas palabras precisamente, los civiles habían huido al pueblo, y los magos buscaban a los culpables.

Dash, en el hombro de Thais, a un tamaño de gato, un poco menos, les dijo:

Solo seguid mis instrucciones, tenemos un vinculo, y esto nos permite saber donde está el otro - dijo el Alter.

Dash, las guió fuera del recinto, los civiles seguían alterados, y costaba zafarse de ellos para seguir hacia su camino, mientras Dash, Thais y Nailea iban a por Chaos, los líderes acordaron hacer grupos de búsqueda para encontrar a los desaparecidos, ante la negativa de Leith, muchos sospecharon que estaría tras esto, pero nadie lo dijo.

Nuestros amigos se acercaban al bosque en mitad de las Llanuras Argenteas, el paisaje era aún mas bonito desde ahí, no había ni un alma a la vista, Dash les seguía indicando, diciendo que cada vez estaban más cerca, fue entonces cuando ya cerca del bosque, el ambiente había cambiado, Thais notó algo extraño además de esa sensación.

En el ambiente se sentía dolor, desgracia, odio, fue entonces cuando estaban despistados, apareció Chaos, solo, desprendiendo un aliento negro, su cuerpo estaba famélico, y sus ojos estaban totalmente en blanco, estaba pálido, y lo único que destacaba en su cuerpo era un tatuaje en su pecho, no había nada más de un color oscuro, aparte del pelo, sin dar tiempo a pensar, Chaos salta entre ambas y crea una pared negra entre ellas, haciendo imposible la comunicación visual, Chaos había desaparecido.

Nailea veía al frente suyo al Chaos de antes, pero Thais veía a ese mismo CHaos, pero los colores invertidos, seguramente, una copia creada por el para poder atacar a las dos a la vez, la pared había creado dos salas, y era imposible acceder de una a otra, todo ataque rebotaba como si fuera un elástico. Se escuchaba lo que pasaba de una sala a otra, pero poco más...

Spoiler:

La escena era desoladora. Muchas personas que solamente habían asistido al carnaval para maravillarse de trucos de magia, estaban tiradas en el suelo, tosiendo debido al humo de antes. Habían grupos de distintos gremios que se habían organizado para encontrar a unas personas desaparecidas, Thais y yo seguramente deberíamos estar ahí, junto con nuestros gremios. En cambio ahí estábamos nosotras dos, siguiendo a un alter el cual nos estaba conduciendo hacia el lugar donde había perdido a su dueño. Había decidido dejar mi "problema" con Chaos para otro momento, por lo que así no di media vuelta para dejar sola a Thais junto con ese alter.

Estábamos en el bosque, el cual me recordó un poco a mi querida Grasselia. Respiré hondo y sentí la conexión que aún mantenía con la naturaleza. Todo estaba cambiando, sentimiento malignos reinaban en aquel lugar e hizo que saliera de esa especie de trance en el cual me encontraba. Ahí se encontraba nuestro desaparecido, pero algo había cambiado en él. Ya no era el chico pícaro y tramposo, había algo dentro de él que se había apoderado de su cuerpo. Estaba blanco, delgado y con los ojos también en blanco. Me fijé en que una especie de tatuaje sobresalía de su blanquecina piel.

Para cuando intenté ponerme en guardia, ya era demasiado tarde. Aquel Chaos había creado una barrera negra que nos separaba a Thais y a mí, no podríamos trabajar en equipo para acabar con aquel ser maligno. Rabiosa, me fijé en que también me había separado de Kasio, ¿qué iba a hacer ahora? Hacía mucho tiempo que no peleaba sin Kasio. Me descolgué el arco que había estado llevando cruzado por cuerpo, y tras sacar una de mis flechas especiales de mi carcaj, le dije a aquel Chaos:

-Si quieres pelear ven a por mí.

No quise emplear el elemento viento en esa habitación, ya que el daño que sufriera él, también iría a mí seguramente. Solamente me limitaría a luchar cuerpo a cuerpo y con mis flechas. Estiré con rapidez la cuerda de mi arco, y al saltar, la solté. A ver que pasaba...

Miraba, mientras nos alejábamos guiadas por el alter de Chaos, entre asqueada y decepcionada a los magos pertenecientes a Halcones de Plata, que miraban el recinto sin expresión alguna y con los brazos cruzados. Me avergonzaba de pertenecer a semejante ciudad.

El alter nos guió hasta acercarnos bastante a los bosques de Grasselia. Entrecerré los ojos. Hacía poco que había venido aquí, y estaba cambiado. No cambiado respecto a lo que se podía observar, pero el aire se notaba pesado, extraño y cargado de malos sentimientos y sensaciones.

Observe el lugar en todas las direcciones, y fue entonces cuando apareció frente a nosotras, Chaos. Aunque no parecía ser él, puesto que estaba muy cambiado. Además de su cambio físico, me llamó la atención el tatuaje de su pecho, el cual solo pude observar entre asombrada y extrañada.

Miré a Nailea por última vez antes de que Chaos desapareciera, y entre nosotras apareciera un muro, impidiendo que ambas pudiéramos vernos, pero si oírnos. Frente a mí había un Chaos distinto al que habíamos visto en un principio, este tenía los colores al revés.

Primeramente quería reconocer si el ataque normal le haría daño, así que saqué uno de los cuchillos de la funda de mi muslo y se lo lancé.

Tanto Nailea como Thais, atacaron con un ataque a distancia, cuando sus ataques iban hacia cada uno de los Chaos, pero antes de que estos llegaran a su objetivo, la imagen que ambas tenían al frente se rompió cual cristal golpeado, todo a su alrededor se desplomó, como si hubieran estado encerrado en una cárcel de cristal, pero cuando los trozos caían, desaparecieron sin sentido. Aún se sentía la sensación de odios, asco, y desprecio, pero thais ya no sentía esa sensación extraña.

Un chico de pelo blanca y armadura negra, blandía su espada, como si hubiera partido esa caja, tenía un gesto de furia, y delante de Thais y Nailea, más lejos de donde estaban los dos Chaos, una niña rubia, de ojos azules, con un vestido/camisón blanco y el pelo llegaba hasta el suelo, la niña estaba sonriente, esta estaba en una gran caja negra, la cual echaba una aura oscura que era absorbida por Chaos. Chaos, tenía varias heridas, y rasgado los pantalones, debido a que la camiseta se la destrozó Nailea. El chico del pelo blanco, también tenía algún que otro rasguño, pero no eran tantos como Chaos. El chico miró a ambas, envainó su sable, y sonrió.

- Estaba aburrido, me gusta la acción, no esas ilusiones tuyas, Jane - dijo mientras las observaba a ambas

- Lo que pasa es que sabes que si caes en una no sabrías salir de ella, Kaerus - dijo la niña un poco enojada

Le hizo una mueca al joven, mientras se sentaba en la caja cruzando los brazos, y sacando los morros. Esto hizo que el joven se riera y se pusiera la mano en la cara, cuando se la quitó, se fijó en nailea, cuando la vio mejor, recordó algo, y quedo un poco en estado de shock, pero se recompuso al instante.

- ¿Zialk? - murmuró sin poderle oír, pero se le podía leer los labios

Chaos se quejaba del dolor, aunque parecía estar inconsciente, la niña le miraba, y se reía. Mientras el joven se iba preparando para la lucha, este miró a Nailea y Thais, ahora todo sus ojos eran negros, se le veía el tatuaje que tenía Chaos en el pecho, el lo tenía en el cuello. Dash, hizo aparecer una de las espada de Chaos frente a Thais.

Ya que vas desarmada, coge esta - Dijo Dash mirando a Chaos

Dash estaba blandiendo la otra espada de este, se hizo al tamaño humano, para acompañar a ambas en su lucha, Kaerus, al ver al alter, no pudo dejar escapa una risa leve, esto hizo enfurecer a Dash, el cual fue corriendo a por el, dio un salto,e intentó un corte descendente, pero su espada se vio frenada por un brazo se mayor grosor, de una masa oscura, la cual traspasó hasta la mitad y se quedó ahi, tras unos segundos, al brazo le salió otro brazo que agarro a dash, y lo lanzó hacia atrás, logró llevarse con el a la espada, pero al no ser una criatura guerrera, ese golpe lo había dejado débil.

Este iba hacia la niña, pero antes de caer contra esta, sin que ella se inmutara, chocó contra algo, que sonó a madera, la chica miró hacia arriba extrañada, y su mirada dejaba claro que iba a decir "¿Que ha sido eso?" pero se cayó, y se mantuvo alerta hasta que vio que no era nada preocupante.

Spoiler:

Todo iba más allá de lo real. Mi ataque que iba directo hacia aquel Chaos, pero todo desapareció y tuve la sensación de despertar de nuevo, como si hubiera estado durmiendo desde el principio de esta corta batalla. Un joven de cabellos blancos y armadura negra, y una niña de cabellos rubios y vestida con un camisón aparecieron ante nosotros. No pude comprender en qué situación me encontraba en esos instantes. El joven estaba armado, y la niña tenía un aspecto algo extraño... Lo que más me llamó la atención fue encontrarme el cuerpo de Chaos quien parecía estar inconsciente.

No sabía qué estaban haciendo, pero le estaban metiendo algo en el cuerpo que no le estaba sintiendo nada bien. Pronuncian algunos nombres, Kaerus, Janes, deben de ser los suyos. En cambio, escuché un nombre muy familiar para mí, más bien, pude leérselo de los labios de Kaerus (que supuse que se llamaría así). ¿De qué lo conocía? ¿Cómo podía estar mi hermano metido con ese tipo de personas? Mis manos temblaron, al igual que el arco. Estaba nerviosa, muy nerviosa. Quería verle después de mucho tiempo, quería saber de su localización, encontrarle y hablar con él. Corrí hacia él, sin dejar atrás mi arco, pero me detuve.

A aquel Kaerus le estaba controlando la misma fuerza que le había controlado a Chaos antes. ¿Qué estaba ocurriendo? Vi como Dash fue vencido por aquella persona, y ante mis ojos desconciertos, a la niña le ocurría algo muy raro...

-¿De qué conoces a mi hermano? -conseguí gritar antes de perder las fuerzas en mis cuerdas vocales.

La mano de Thais se colocó en mi hombro, tal vez para darme fuerzas y para que no perdiera el control de mí misma. Volví, y entonces fue cuando toda esta batalla comenzó. Quizás Thais se hubiera dado cuenta antes que yo, pero uno de los puntos débiles que tendría Kaerus sería la magia de las ilusiones por la conversación de antes que había presenciado. Miré de nuevo a mi compañera, era su contrincante ideal, ya que ella al ser una asesina podía meterle en una ilusión con su magia del ocultismo.

Me fijé en que la niña se había distraído durante unos instantes y aquella fue mi oportunidad. Corrí tan deprisa como pude hasta estar a una distancia prudencial a sus espaldas, armé mi arco mientras corría y le apuntaba. Estiré la cuerda, tenía unas leyes morales por así decirlo, y una de ellas era no hacerle daño a los niños. Primero habría que saber sus intenciones...

-No hagas ningún movimiento extraño, ¿qué es lo que le estáis haciendo? -naturalmente me refería a Chaos.

Sabía que la niña utilizaba las ilusiones, por lo que me mantuve alerta a algún movimiento suyo...

En el instante en el que todo a mi alrededor pareció desaparecer, comprendí por qué me había sentido tan extraña antes y qué es lo que había sucedido. Habíamos caído bajo una ilusión provocada por el ocultismo.

Ahora ya podía comunicarme con Nailea y ver frente a nosotras dos personas junto a un Chaos herido, un chico y una chica, que hablaban entre ellos. Me limité a observar cada una de sus palabras con atención.

Según lo que decían, la que causaba las ilusiones era la niña, entonces ahora debíamos preocuparnos bastante por ella. Además, no sabía si lo habían hecho queriendo, pero nos habían dado a mi y a Nailea una clara idea de cual sería la desventaja del otro chico. Este miró a Nailea y murmuró algo. Comprendí de que se trataba e inmediatamente puse mi mano sobre el hombro de Nailea tratando de tranquilizarla.

Me hirvió la sangre contemplando a aquella niña que disfrutaba con el dolor de Chaos. El alter de este me tendió una de las espadas de Chaos y yo la agarré con fuerza. Miré el ataque del alter y la respuesta del tal Kaerus tratando de descubrir su forma de lucha o magia. Era igual que Chaos, con el mismo tatuaje.

Nailea no parecía con intenciones de hacer daño a la niña por ahora. Yo quería estar preparada para todo, así que miré a Circe y le indiqué que se tranformara en una espada igual a la que yo tenía, la cual había dejado en el pueblo.

Con una espada en cada mano, agarradas fuertemente, miré al chico preparada para hacerle entrar en una ilusión, no tan fuerte como la de la niña, pero a tener en cuenta, en cualquier momento.

Kaerus cayó en la ilusión sin darse cuenta de nada, simplemente vio que Nailea le disparó una ráfaga de flechas el cual evitó con facilidad, pero en el aire le pilló thais con un corte descendente, que detuvo como a Dash, pero con la otra espada, le golpeó y cayó al suelo, gracias a eso no se enteró de que en realidad estaba quieto.

Mientras, Jane escuchó a Nailea, la cual la apuntaba con su arco, la chica cuando la escuchó se alteró, miro a todos lados sin saber de donde venia esa voz, se levantó, entonces fue como si se destapase un objeto y saliese una caravana, donde estaban ellos. Jane estaba dentro de ella junto a Chaos todo el rato, pero había hecho como si no hubiese nada, dentro de la caravana, la chica, alterada, tropezó, y cayó sobre Chaos, el cual despertó al instante, y de él salió como una esfera negra, que se fue haciendo más grande, destruyendo la caravana, y dejando a Jane inconsciente del susto, a pesar de manejar la magia del ocultismo, era muy asustadiza.

De entre los escombros de la madera, se levantó Chaos, acariciando su cabeza, como doliéndose de esta, miró a su alrededor, extrañado, y cuando vio a Jane, empezó a recordarlo todo. Fue entonces cuando en la ilusión, Kaerus, notaba que sus adversarias no sufrían dolor alguno, entonces llegó a descubrir que estaba en una ilusión.

Su cuerpo, fuera de la ilusión sonrió, y de él, empezó a emerger un aura oscura, su piel se empezó a cubrir de un aura oscura, rodeándolo totalmente, creando un monstruo negro. Era como una sombra en tres dimensiones, unos ojos blancos, mas grande de lo que antes era, un poco, y se componía de la masa que había usado antes.

Hola de nuevo - Dijo este mirando a Chaos.

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[On Rol]


De repente veía como caían trozos de madera a mi alrededor, me levanté acariciándome la cabeza, me dolía bastante, miré a mi alrededor, y vi a una niña pequeña, fue entonces cuando todo vino a mi cabeza, esto hizo que me doliera aún más la cabeza, la cogí, y la cargué en mi hombro cual saco.

Miré a las chicas, sonreí, al parecer habían inmovilizado a ese chico ¿Kaerus? saludé moviendo la mano de un lado a otro, no pensé que Nailea viniese a por mi, después de lo sucedido. Ese chico era muy peligroso, fue entonces cuando vi a Dash, me acerqué a él lo más rápido que pude, y le desperté, este despertó al instante, y con tan solo verme me dio un abrazo, al parecer Kaerus le había golpeado, cogí la espada, y me dio, el trozo de madera que me servía para unirla con la otra, miré a Thais, y miré la espada, Dash se encogió, y se colocó en mi hombro, mientras me dirigía hacia ella.

Déjame la... - Dije cuando vi a Kaerus

Cuando vi ese aura negra, corrí, y le cogí la espada antes de que fuera rodeada de la oscuridad, y se la lancé a Thais para que la cogiera con el mango, y ella me diera la mía, me volteé al instante de agarrarla, y la unía a la otra, pero algo raro pasaba, no podía crear materia negra, simplemente estaba como inestable, no sabía el porque de esto, simplemente miré a ese ser. Cuando me saludó, recordé la batalla, y agarré con fuerza el arma.


- Maldito... - Murmuré - tened cuidado, es muy peligroso, y si le cortáis la mano o el brazo, se recompondrá...

El ser saltó hacia mi, con el puño por delante, yo me aparté, le clavé un lado del arma de doble filo, y me impulsé hacia su espalda, y cuando me encontré a su espalda, le impulsé contra el suelo con el aire, haciendo que chocase contra este, en el aire hice girar al arma de doble filo cada vez más rápido, para planear y descender lentamente, también ayudado por el aire, cuando llegué al suelo, el “ser” se levantó y me miró, dándole espalda a Thais y a Nailea.

Spoiler:

Todo parecía un gran disparate. Al parecer la niña estaba atrapada en algo que era invisible a mis ojos. Bajé la guardia por unos instantes, pero cuando cayó sobre Chaos, haciendo despertar a éste recordé la razón por la que estaba apuntando a la niña y volví a estirar la cuerda de mi arco. Para cuando me di cuenta, éramos tres contra aquel Kaerus, el cual se había vuelto como una masa uniforme de oscuridad. La niña se había quedado inconsciente por la caída de antes.

Volví junto ellos dos, estando en guardia de la niña, por si acaso despertaba. Entonces, toda mi atención la retuvo la masa esa negra. Por las palabras que nos dijo Chaos, ya había luchado con él anteriormente (que por aquello seguramente estaría antes inconsciente). Nos advirtió de que no le cortáramos ningún miembro, ya que se lo recompondría. Estuve alerta, y cuando noté que iba a hacer algún movimiento, me coloqué en posición de ataque. Estiré de nuevo la cuerda de mi arco armado con la flecha y pronuncié mentalmente "Utah Kairo".

Solté con fuerza la cuerda y la flecha que estaba fusionada con aire, salió disparada hacia el centro de aquel ser que antes fue hombre. Le di justo en la espalda, miré primero a Thais y después a Chaos. Esperando a que alguno de los dos atacasen para rematarle (o eso esperábamos).

-Venga... -me murmuré a mí misma.

Hice caer a Kaerus en una ilusión sin que el se diera cuenta de ello. Permanecía atenta a lo que sucedía a mi alrededor, pero lo vigilaba por si conseguía librarse de la pequeña ilusión.

No me sorprendió que la niña, Jane, se encontrara en otro lugar, siendo ocultado por el ocultismo. Me enfadaba conmigo misma al no haber sido capaz de darme cuenta de cosas como esas con mayor rapidez, puesto que después de todo, debería ser una experta en el ocultismo, tal como había esperado mi familia.

La chica, alteraba, provocó la destrucción de la caravana y cayó inconsciente. De entre lo poco que quedaba de la caravana salió Chaos y fue entonces cuando Kaerus logró zafarse de la ilusión.

-Joder…- Maldije en voz alta, mientras este sonreía, y me daba con la palma de la mano en la frente.

Chaos me pidió la espada, pero antes de poder lanzársela, le quitó la espada al enemigo y realizamos un intercambio. Miré la espada mientras Chaos nos advertía sobre la buena regeneración del enemigo.

Mientras Nailea y Chaos atacaban, intenté pensar algo rápido. Aprovechando que su atención estaba fija en Chaos, utilicé la magia del ocultismo sobre mí misma (y las armas de mis manos), desapareciendo de la vista de todos los presentes. Ataqué por la espalda, esquivando sus ataques hacia Chaos, acuchillando con mi espada y rasgando con la otra.

Mi objetivo se había cumplido, había atraído su atención hacia mí, le miré fijamente a sus orificios blancos que tenía por ojos, emitían ese brillo extraño, y carecían de expresión. Miré por debajo de sus piernas, y vi, como Nailea apuntaba con su arco a Kaerus, y disparó,entonces empujé a este un poco para que le diera mejor, Thais había desaparecido, así que fui a por él. Salté a notar su ataque de pinchos, por debajo de la tierra, le empujé de nuevo, viendo que en su espalda, se destruía esa masa negra, supuse que era Thais, eso junto al ataque del Nailea, habían hecho un agujero en esa capa, cuando descendía, empecé a girar en el aire, ayudándome con el viento y separando las espada, con las cuales apunté hacia Kaerus, caí en la zona debilitada, perforándola con fuerza, pudiéndose ver el cuerpo real de Kaerus.

Le clavé una espada, pero no pude rematarle, debido a una “explosión” de masa negra que abarcó unos 50 metros de radio, destruyendo matando la vegetación del lugar, pero no a nosotros, cuando logré abrir los ojos vi montones de sombras negras, eran de tamaño humano, habían algunas que me sonaban, pero tres se pusieron enfrente nuestra, cada una tenía nuestra forma, sentí que había soltado una carga, y noté que ya podía usar la magia oscura.

Entonces, la sombra de Nailea, cargó el arco, debido a la explosión, estábamos juntos, y cuando la sombra, soltó la flecha, empezó a girar, iba más rápido de lo normal y estaba rodeada por fuego y viento, yo, confiado, creé un muro oscuro, pero cuando se acercó, el muro fue absorbido por esta, y salté a un lado, empujando con el Aire a Nailea y a Thais, para que pudieran evitarlo con facilidad.

Chaos intentó rematar a aquella masa negra, pero no lo consiguió. Una extraña explosión sucedió, quitándole la vida a toda la flora del lugar. Al igual que todos seguramente, cerré los ojos para protegerme y al abrirlos me encontré con unas sombras idénticas a nosotros mismos. Miré a mi "yo" en sombra fijamente, era idéntica a mí, tanto, que enseguida cargó el arco para atacarnos. En cambio, su flecha había adquirido una velocidad impresionante y se encontraba rodeada por fuego y aire. Ni yo podría haber hecho éso. Empecé a preocuparme por todos nosotros pero yo no sabía magia de defensa para intentar parar la flecha, entonces Chaos creó un muro oscuro el cual fue absorbido rápidamente por la flecha. Viendo que iba directa a nosotros, di un pequeño salto que se vio incrementado debido a que (seguramente) Chaos nos empujó a Thais y a mí con el aire para que saliéramos fuera del radio de ataque de la flecha. Caí dándome un pequeño golpe en la cabeza, Chaos también estaba a salvo, solamente habría que esperar a que la colisión de la flecha con alguna cosa sólida no fuera como la explosión oscura anterior...

Parecía que aquella cosa todavía iba a dar mucho juego. De manera automática me cubrí los ojos cuando una explosión de oscuridad cubrió el lugar. No nos hizo daño, pero la vegetación no tuvo la mista suerte.

Frente a nosotros, quedaban paradas unas sombras con los mismos rasgos que Chaos, Nailea y yo. La sombra de esta cargó su arco, dispuesta a dispararnos sin la menor dilación. Chaos trató de protegernos con un muro oscuro, pero este no sirvió para nada, pero en cambio, nos impulsó con el viento y nos apartó de la trayectoria.

Caí al suelo, con un golpe sordo, sobre el brazo derecho. Al levantarme casi enseguida, hice desaparecer tanto a Kasio y a Dash como a Circe. Esperé con las armas en las manos lista para entrar en combate.

Había conseguido tanto que Nailea como Thais no sufrieran ningún daño, me fijé en mi sombra, le miré de arriba a abajo, y era como una figura de madera, pero hecha de oscuridad, es decir, la ropa estaba pegada a sus “cuerpos” si es que eso podía ser considerado un cuerpo, me coloqué enfrente de Thais y Nailea, intentando hacerme el valiente, empuñando mis dos espadas. Thais, había hecho desaparecer tanto a Dash, como a Circe y Kasio. Lancé mis dos espadas hacia mi sombra, y corrí tras ellas, cuando este las intentó evitar, fue agarrado por Dash, por lo cual recibiría el golpe de lleno, pero algo ocurrió, ya las espadas apunto de alcanzarle, se escurrió, y se liberó de Dash, el cual se disminuyó de golpe, para evitar el ataque. El ser oscuro, me rodeo, como si de algo de goma se tratase, y me atrapó. Yo moví las espadas con el aire, cortándolo por la mitad, una idea que no era muy buena, se regeneró, haciendo que hubiera ahora dos como yo.

Sin saber como reaccionar, caí al suelo, con una herida en el estómago, provocada por una de mis espadas, la cual había sido cogida por uno de estos, y me ensartó, el dolor era inmenso, y había hecho el ridículo por pensar que podía yo solo con estos seres. Miré hacia arriba, y agarré a mi “yo” por el pie, este me miró extrañado, supuse, porque apenas se distinguía emoción en su cara, y con mis últimas fuerzas caí inconsciente.

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[Off Rol]

La cosa no pintaba bien para Thais y Nailea, Chaos había caído, y además ahora eran 4 contra 2, aunque ellos tenían a las mascotas, las cuales no se habían mostrado aun. Entonces la Nailea oscura, cargó el arco sin flecha alguna, y con un rápido movimiento, aparecieron varias flechas, que disparó seguidas, Thais y Nailea supieron evitarlas, pero estas, fuero girando cada una hacia un lado, volviendo a por Thais y Nailea, Nailea las desvió con el aire, y estas cayeron al suelo, llegó otra oleada de flechas, y supieron evitarlas, esta vez cuando Thais estaba en el aire, tras un salto, se encontró, con que detrás suya, de la nada, aparecía su yo oscuro, que intentó propinarle una patada, lo evitó con dificultad, pero en ese momento, cuando cargaba su pierna para un contragolpe, sintió como le perforaba una flecha, provocándole un gran dolor, cuando su yo oscuro fue a atacar, fue atravesado por una flecha en la sien, haciendo que esta desapareciese, la flecha la había disparado, como no, Nailea.

Ahora eran un 3 contra 2, pero Thais estaba herida, y si continuaban esas oleadas de ataques, no sabrán cuanto aguantarían, ya sabían donde debían de golpearles, en la cabeza, pero cuando acabaran con estos, que harían con el resto, que simplemente observaba, por ver algo interesante, alguno parecía ya irritado, y se disponía a luchar, pero había algo que no se lo permitía, tal vez, como si primero iban sus clones, por el hecho de ser sus iguales, o alguna fuerza superior, fue entonces cuando el segundo Chaos oscuro, abrió la boca, cuyo interior era blanco.

- Parece que esta lucha está decidida - dijo esbozando una sonrisa, la voz era de Kaerus - Este será vuestro fin

Entonces, cada Chaos con una espada del verdadero Chaos, y una oscura, se puso a cada lado de la Nailea oscura, estos dejaron, levitando en el aire, sus espadas oscuras, justo al lado del arco de Nailea oscura, la cual, cargó su arco, la flecha tenía una forma diferente, la punta era como la de una perforadora, la flecha, absorbió ambas espadas, dándole más tamaño, y los Chaos, se juntaron con la Nailea, creando un ser algo más grande, con 4 brazos, dos con el arco, que era más grande, y la gran flecha, y otros dos con las espadas, las cuales estaban rodeadas por la materia negra, para hacerlas mas grandes.

El ser, era un poco más grande que un humano, pero no llegaba a ser como el anterior grandote, y en cuanto, soltó la flecha, el aire de alrededor, la hizo girar, haciendo un efecto mucho más demoledor, cogió velocidad, como si de un Utah Kairo se tratase, y la poca vegetación que había alrededor, se destrozaba, si no evitaban ese ataque, sería lo último que contasen.