Thais Tyler

Nombre: Thais Tyler.

Edad: 18 años.

Sexo: Femenino.

Rango: D.

Gremio: Diente de Dragón.

Profesión: Malabarista.

Clase: Asesina.

Magia: Polilingüismo, Fuego y Magia del Ocultismo

Armamento: Esconde una cuchilla en cada bota, cuchillos arrojadizos que guarda en una pequeña funda sujeta a su muslo izquierdo y una espada fina pero larga (de su altura) que cuelga a su espalda con una cadena.

Aspecto: Su pelo es negro y largo, peinado con una coleta a cada lado de su cabeza la mayoría de las veces. Sus ojo son azules, grandes y expresivos. En ocaciones su cuerpo le ha sido de mucha ayuda al realizar misiones, por lo que no lo lleva totalmente cubierto, vistiendo con pantalones cortos y dos cinturones cruzados en forma de x, además de una cadena y una prenda negra que tapa su cuello y pechos. Por encima lleva una túnica con capucha. El brazo con el que usa su espada, el derecho, está completamente cubierto por una armadura negra.

Spoiler:

Personalidad: Curiosa, extrovertida (aunque quizás un poco tímida en un principio), testaruda, vaga. No le gusta encariñarse mucho con las personas, puesto que fue lo que le inculcaron sus padres desde muy pequeña, pero puede confiar muy fácil en los demás. Es capaz de memorizar las cosas con facilidad y le encantan los animales de todo tipo. Odia profundamente las injusticias y la traición.

Historia: Nació y se crió en Argenterra, la ciudad de plata. Pertenecía a una familia de asesinos, por lo que su vida siempre giraba en torno al entrenamiento para convertirse en una prometedora asesina al igual que su hermana mayor. Tenía prohibido relacionarse con otros niños y niñas, ya que su padre lo consideraba un vínculo innecesario que le entorpecería en el trabajo. A medida que fue creciendo, se fue dando cuenta de que había más cosas a parte del entrenamiento, así que se escapaba de casa (poniendo así en práctica su entrenamiento) y salía a jugar junto con una niña, Jane, con su misma edad.

Pasaban los años y ella pensaba que conseguía mantener en secreto sus escapadas nocturnas, hasta que un día, sus padres le pararon los pies. Cuando no estaba entrenando, pasaba el tiempo encerrada en su habitación, sin poder salir. A la edad de ocho años, cuando debía comenzar a realizar misiones, se fue enterando de lo que conllevaba ser asesina. Una de las normas, las más importante quizás, era cumplir siempre el trabajo que se le encomendaba, la segunda era no encariñarse con nadie a no ser que fuera estrictamente necesario.

Sentía especial aprecio por su hermana mayor, que la cuidaba y aconsejaba, puesto que consideraba que Thais podía cambiar y no acabar como ella. Esta le contó lo que se había visto obligada a hacer cuando años atrás se había formado un grupo que intentaba huir de la ciudad con un gran motivo. La familia era guiada por su padre, que decidía que hacer o no hacer, y este decidió colaborar con los guardias de Argenterra y evitar la huida de la ciudad.
Thais, comenzaba a desconfiar de su padre, pero aún era muy pequeña como para hacerle frente. Además, entaba en contra de la política de la ciudad en la que había nacido, la cual encontraba demasiado exagerada.

La misma noche en la que su hermana le contó lo ocurrido, le fue encomendada su primera misión. Fue guiada por su padre a través de las calles hasta el lugar donde debía realizar su trabajo. Impresionada y triste, vio como caminaban frente a ellos Jane y sus padres, los objetivos a los que debía eliminar. Se negaba a matarlos, así que su padre, cansado de ella, atacó a sus amigos ante sus ojos. Sin saber como, acabó interponiéndose entre ellos, logrando salvarles la vida. Estos salieron huyendo sabiendo, tan solo, que habían estado a punto de morir y que alguien los había salvado, pero Jane si se percató de ello. Thais acabó con una herida en el vientre provocada por su propio padre, que regresó a casa enfurecido, dejándola allí. Recuerda salir de la ciudad siendo cargada por su hermana.

Despertó en un pueblo en las Llanuras Argenteas, llamado Ignus, y junto a ella había una pequeña gatita, a la que decidió llamar Circe, que le comunicó que su hermana la había dejado con ella para protegerla y para que no se sintiera sola. Allí se ganó la vida como malabarista en los días, mientras que en las noches continuaba entrenando. Conoció por casualidad a un chico mayor que ella una de esas noches, llamado Dan. Se enteró por él que se había formado un nuevo gremio en el pueblo y que si quería hacer algo útil en lugar de esperar la muerte, debía ir con él. Se formó un fuerte vínculo entre ambos y este le enseñó a usar la magia de elemento fuego. Un día este se fue a una misión y nunca más regresó. Se prometió a sí misma, encontrarlo algún día y luchar por la justicia y la felicidad de los demás y la suya propia.

En una de las misiones realizadas en el bosque cerca de Grasselia, conoció a Nailea. Esta se mostró un tanto antipática, pero a Thais no le importó. Llegaron a coger mucha confianza y a convertirse en buenas amigas. Thais ve a Nailea como una hermana pequeña a la que debe cuidar puesto que esta es muy torpe.

Dan

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Su Hermana

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Aceptada